domingo, 20 de mayo de 2012

CÓMO PREPARAR UN EXAMEN


La preparación de los exámenes no se limita a los días previos sino que comienza el primer día de clase. Dejarlo para el último momento tiene muchas posibilidades de fracasar.

Un buen estudiante le dedica todos los días un rato al estudio (2/3horas) y a la preparación de los exámenes, cuando se aproxima la fecha de éstos, intensifica el ritmo tanto en horas como en días (incluidos los fines de semana).

De esta manera se pueden respetar las horas de descanso, sueño, algo esencial para estar en plena forma y rendir al máximo en los exámenes.

El estudio previo permite en tiempos de exámenes dedicarle tiempo al REPASO, afianzar los conocimientos ya aprendidos y no en tratar a última hora, de estudiar  de prisa y corriendo todo aquello que no se hizo antes. Lo ideal sería dar 2 repasos a cada asignatura.

Otro aspecto a cuidar es la ansiedad: despreocuparse del resultado y si por hacer todo lo posible. Pensar en positivo: he trabajado, me he esforzado. Pero si la sensación es otra “me pilla el toro” aumentará el estado de ansiedad dificultando el estudio y la concentración.

 Sucede con frecuencia, algunos estudiantes estudian el 70-80% de la materia, esperando que el resto  del 30% no le entre en el examen. Después de un gran esfuerzo existe un riesgo de suspenderlo. No es un camino inteligente.

El día anterior al examen preparar todo el material necesario (bolígrafos, lápices, goma, sacapuntas, calculadora, reglas, compás, etc….) Y esta noche previa es muy importante descansar: aunque el estudiante pueda pensar que con un par de horas más aumentan sus probabilidades de aprobado, el efecto es justamente el contrario: una hora menos de sueño conlleva ir menos despejado, con la cabeza cargada, dificultando el rendimiento.

El día del examen no se debe repasar nada, como mucho las fichas de resúmenes. Y si el examen  es a la tarde hay que cuidar la comida, que sea suficiente pero no excesiva.




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