Todas las personas captan información a través de
los distintos sentidos, por ello somos capaces de recordar palabras que
hemos leído, pero también imágenes que hemos visto, sonidos que hemos oído,
olores que hemos olido, sabores que hemos probado, tacto que hemos sentido,
etc.
Cada persona debe saber reconocer
cual es el canal que le ayudará a obtener más facilidad de memorizar, porque a
todos no nos funciona el mismo canal: hay personas con una excelente memoria
visual (recuerdan muy bien lo que ven), mientras que otras tienen mejor memoria
verbal (recuerdan mejor lo que leen; cuando estudian repiten mentalmente las
palabras).
Los estudiantes pueden mejorar
notablemente su proceso de memorización utilizando al mismo tiempo la memoria
verbal y la memoria visual.
Ya lo
dice el dicho “una imagen vale más que mil palabras”
Y es que la imagen se recuerda
mejor que la palabra. De esta manera registra por partida doble la
información que está memorizando. Utiliza simultáneamente la capacidad
de ambos hemisferios cerebrales: la capacidad lógica (memoria verbal)
situada en el hemisferio izquierdo y la capacidad creativa (memoria visual)
situada en el hemisferio derecho.
Este es el motivo por el que en
los libros de texto suele haber muchos dibujos, esquemas o fotos, ya que ayuda
a su memorización. Por ejemplo, en los libros de idiomas al lado de la
palabra suele haber un dibujo.
Así, resulta muy útil destacar
con un color las ideas principales del texto. De esta manera se registra al
mismo tiempo la palabra que lee (el concepto) a través de la memoria verbal y
el color (imagen) a través de la memoria visual.
Si se estudia un tema de historia
uno puede
cerrar los ojos y tratar de trasladarse mentalmente a esa época, imaginando
con el máximo detalle el escenario en el que se desarrollan los
acontecimientos. Crearía una película mental cuyo argumento es aquello que está
estudiando. Iría viendo la película al mismo tiempo que repite la lección.
Si una palabra que hay que
memorizar además de leerla se escribe en un papel se estarían utilizando dos
canales de información, aumentando las probabilidades de que la misma quede
registrada. Siempre que se pueda hay que tratar de asociar una imagen a la
palabra.
Para los más reacios: La memoria
visual se puede ejercitar:
Por
ejemplo, al estudiar el cuerpo humano se puede emplear la imaginación e ir
viendo mentalmente lo que se va estudiando (vamos recorriendo el cuerpo al
mismo tiempo que leemos los nombre de los músculos, huesos, órganos, etc.).
A principio este ejercicio no
resulta fácil pero con cierta práctica se consigue interiorizar esta forma de
estudiar, tendiendo uno de forma natural a asociar una imagen al texto que se
estudia.
Ejemplo
de utilización simultánea de dos canales de información: cuando se repite en
voz alta aquello que se estudia.
A la
memoria verbal (concepto que se lee) se suma la memoria auditiva (palabra que
se oye).
Ejemplo:
memorizamos una lista de pintores italianos componiendo una melodía con sus
nombres.
Utilizamos memoria verbal (al
leer la lista) y memoria auditiva (melodía).
Si además en el libro hay
retratos de estos artistas estaremos memorizando también su imagen, con lo que
estaríamos utilizando tres canales de información al mismo tiempo.
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