TIPOS
Se distinguen
básicamente 2 tipos:
-
Corto plazo: cuando recibimos una
información ésta se almacena automáticamente en nuestra memoria a corto plazo
donde puede mantenerse unos segundos. Si no se le presta atención al cabo de
unos 30 segundos se pierde.
Este
tipo de memoria tiene una capacidad muy limitada, tanto en volumen de
almacenamiento como en tiempo de permanencia.
Se
puede mantener la información en esta memoria mediante la repetición. Si
prestamos atención a esta información y la elaboramos (analizamos,
comprendemos, relacionamos con otras ideas) puede pasar a una memoria a largo
plazo.
-
Largo plazo: es ilimitada tanto en
capacidad como en duración.
PROCESO DE MEMORIZACIÓN
Implica 3 fases:
1)
Registrar: más fácil
memorizaremos la información cuanto mejor la registremos, la retendremos por
más tiempo y la recuperaremos mejor cuando la necesitemos.
En
esta fase influyen varios factores: atención, motivación, capacidad de
análisis, creatividad, pensamiento lógico, dominio de las emociones,
relajación.
Atención:
Permite
seleccionar unos estímulos e ignorar otros. Hay que estudiar en un lugar
tranquilo, sin ruido, que facilite la concentración. Hay otro elemento como son
las emociones que están directamente relacionados: ya que pueden bloquear
nuestra mente.
Motivación:
Es
más fácil memorizar aquello que nos interesa, por ello es fundamental
esforzarse en tratar de ilusionarse con las asignaturas, los estudios, siempre
buscarle su lado positivo.
Significado:
Es
fundamental antes de memorizar comprender la información, si así lo
consiguiéramos es una memoria imperfecta con
muchos errores y a corto plazo. La memorización literal (al pie de la
letra) solo se debe usar en casos muy concretos: definiciones, fórmulas,
leyes….
Organización:
La
información organizada es más fácil recordarla, como ejemplo: cuando se
estudian los ríos de España es más fácil seguir un recorrido: por ejemplo,
empezar por los ríos que desembocan por el norte, descender por el Atlántico y
terminar por el Mediterráneo.
2)
Repetición: El esfuerzo que se realiza al
tratar de recordar la información, sus distintas partes, las ideas principales
y los detalles, y el intentar expresar esto con las propias palabras es
precisamente lo que ayuda a la memorización.
Por bien
que se haya estudiado una lección si no se repasa periódicamente se terminará
olvidando. El estudiante debe utilizar un calendario donde anotar los distintos
repasos que tendrá que ir dando a las lecciones con el objeto de llegar a los
exámenes con los conocimientos frescos.
3)
Recuperar: El ser capaz de recordar lo que se memorizó va a depender en gran medida de la calidad del
registro. Si la lección se estudió bien se recordará con más facilidad. Para una buena recuperación es fundamental
haber asimilado lo que se ha estudiado. Esto se consigue trabajando la
información y comprendiéndola. La
recuperación es más probable que falle cuando se ha memorizado mecánicamente.
En estos casos, si uno se bloquea en un punto determinado de la lección va a
ser incapaz de recuperar el resto.