Podemos resumirlos en 4
puntos fundamentalmente:
Falta de
planificación
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No saben organizar su
tiempo: cuando esto se repite
a diario en el momento de la evaluación no es posible remontarla ya que no
hay tiempo suficiente para preparar
las asignaturas. Momento típico en el que el estudiante decide dejar
un número de asignaturas y preparar solo unas pocas, pero sin la seguridad de
que esas la puedan aprobar.
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No llevar
la asignatura al día
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Estudiar por detrás del ritmo de la clase: desaprovechando las explicaciones dadas en
clase y con los deberes y actividades sin estar al día.
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Falta de
método de estudio
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Es común que el estudiante pase horas
delante de los libros pero con la sensación de que esas horas han cundido muy
poco. Carecen de un sistema eficaz de trabajo: no hacen los deberes
diarios, no estudian la materia impartida cada día, apuntes incompletos que
dificultan mucho el estudio, no tener una visión global de la asignatura, no
entender los conceptos, intentar memorizar sin previa comprensión.
No saben estudiar: no conocen ni practican las fases del
estudio (lectura inicial, comprensión, subrayado, elaboración de resúmenes,
memorización tras la comprensión, repasos sucesivos y repaso final).
Desorganización: no tienen un sitio y horas fijas de
estudio en un entorno tranquilo.
Pérdida de tiempo: no mantienen la atención un mínimo de
tiempo adecuado para cada edad y curso, estudian con música, amigos y
distracciones.
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Falta de
ambición
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Contentarse con el aprobado: no se plantean en ninguna ocasión obtener buenas notas esto les
lleva al mínimo esfuerzo y a un peligroso margen de falsa seguridad, ese 5 que
a veces no se consigue.
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