Si viene determinado por el profesor, lo mejor es realizar todas y cada
una de las indicaciones que él nos hace. Alguna pequeña modificación podría suponer
algún problema en la valoración del mismo.
Debemos poner gran atención en la redacción,
cuidando la construcción de las frases, la gramática y el estilo., Y por
supuesto no es admisible ni una sola falta de ortografía.
También es importante la presentación del trabajo: uso de negritas,
subrayados y cursivas, márgenes, puntos y aparte (que los párrafos no sean muy
largos), encuadernación, etc. A veces
los profesores nos indican también el estilo que les gusta.
Si el trabajo no lo determina el profesor disponemos de libertad para escoger y lo primero e importante es definir el tema ya que parte del éxito o fracaso depende de esta elección.
El tema no
puede ser demasiado amplio (será
muy difícil profundizar y carecer de interés). Además, la información
disponible será tan amplia que resultará difícil seleccionarla. Y si el tema es
demasiado reducido el alumno puede tener serias dificultades para encontrar información.
Otro
elemento a tener en cuento es la extensión del trabajo y la búsqueda de la
información. Para un trabajo escolar o universitario ordinario se deben
consultar al menos 3 / 4 libros especializados. Para otros trabajos más amplios
(tesinas, proyecto fin de carrera o tesis) la bibliografía consultada será muchísimo
más amplia. También puedes buscar en Internet, en prensa y en revistas
especializadas. Después de la lectura de estos materiales se extraerán
ideas, opiniones, teorías, etc., que servirán de base para determinar la
tesis que se va a exponer, el punto de vista que se va a desarrollar.
Posteriormente
a esta fase iremos perfilando la estructura del trabajo: Por ejemplo:
una primera parte introductoria; luego tres apartados en los que se expondrán
las ideas principales; estos apartados se dividirán en diversos sub-apartados
en los que se profundizarán en determinados aspectos; finalmente un apartado de
conclusiones.
Determinada la estructura, con las ideas y conceptos que se van a
tratar en cada una de sus partes, se pasará a la redacción, expresando con las propias palabras dichas ideas, enriqueciéndolas con explicaciones,
hipótesis, ejemplos, etc.
Si se
copian fragmentos literales de las fuentes consultadas deben estar entre comillas con indicación de
su autor.
Una la parte principal de un trabajo son las conclusiones: destacar las ideas principales presentadas y
los argumentos en los que se apoyan.
Todo trabajo debe llevar en la segunda página un índice que
permita conocer la estructura del mismo, con indicación de la página en la que
se encuentra cada apartado.
El estudiante puede incluir un anexo donde profundice en algunos
aspectos que, bien por su extensión o por su nivel de detalle, no convenga
incluir en el cuerpo principal. Otra posibilidad es añadir estas anotaciones
como pie de página.
Por último, el estudiante incluirá al final del trabajo una bibliografía
con la relación de fuentes consultadas. Esta lista irá por orden alfabético
según el nombre de su autor.
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