Conseguir
que los niños se esfuercen,
se concentren,
aprendan
y consigan realizar sus objetivos en los estudios, no es una tarea tan fácil
para ellos ni para sus padres. Para que los niños tengan éxito en los estudios,
es necesario que posean la capacidad
intelectual para poder estudiar, que estén motivados, que adquieran
conocimientos de manera gradual y que sepan dominar hábitos de trabajo y
estudio.
Pautas de organización
1.
Dificultad
de planificación Se produce cuando el
niño estudia, pero no le dedica el tiempo necesario. En otros casos, intenta
estudiar en el último momento en consecuencia está más cansado, y tiene la
impresión de que ha estudiado y se esforzado cuando, en realidad, no ha sido
así. Estrategia. La planificación se basa en determinar un horario
diario para el estudio. Dedicar todos los días un tiempo al estudio y a la
realización de los deberes,
ayudará al niño a estar al día con sus estudios.
2.
Dificultad de memorización o
fijación de los contenidos. No es lo mismo entender la
lección que sólo memorizarla. El proceso de aprendizaje implica entender lo que
se quiere asimilar y luego memorizarlo, y se realiza a través de la repetición
de los contenidos. Estrategia.
La intervención se hace, en estos casos, mejorando la atención y la
concentración, usando reglas nemotécnicas, y repasando el tema.
3.
Dificultad de atención y
concentración. Ocurre cuando al niño le cuesta mucho concentrarse y ponerse a
estudiar. Cualquier estímulo a su alrededor atrae su atención
y pierde el tiempo. Estrategia.
Para ayudarle, es necesario eliminar los estímulos que puedan estar captando su
atención mientras él estudia (televisión, comida, hermanos a su alrededor). Es
recomendable haga las tareas más difíciles cuando se encuentre más descansado,
y que estudie a la misma hora todos los días para conseguir un buen
rendimiento cerebral.
4.
Dificultad en la lectura. El
niño no presenta suficiente velocidad en la lectura ni en
la comprensión de lo que lee. Tiene dificultad para saber el significado de
palabras de uso bastante habitual, por lo que su vocabulario es más bien pobre.
Presenta también dificultades para realizar textos con estructuras correctas y
claras, posee tendencia a postergar las tareas y siente rechazo hacia la
lectura. Estrategia.
Para intervenir en este caso, lo mejor es que el niño empiece a leer en voz
alta para adquirir una entonación correcta, que le ayudará a comprender lo que
se está leyendo. Después de la lectura, es recomendable preguntar al niño
acerca de las ideas más importantes del texto que él acaba de leer.
5.
Falta de base. Se
caracteriza por tener dificultades en las materias cuyos contenidos tienen una
gran conexión entre unas partes y otras. El niño no consigue asimilar las
estructuras básicas de los contenidos de las diversas áreas. Estrategia. Para
cambiar esta situación, es necesario tratar este problema con clases
de apoyo.
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