viernes, 22 de marzo de 2013

Sacar buenas notas es cuestión de esfuerzo y disciplina

 
Conseguir que los niños se esfuercen, se concentren, aprendan y consigan realizar sus objetivos en los estudios, no es una tarea tan fácil para ellos ni para sus padres. Para que los niños tengan éxito en los estudios, es necesario que posean la capacidad intelectual para poder estudiar, que estén motivados, que adquieran conocimientos de manera gradual y que sepan dominar hábitos de trabajo y estudio.

Pautas de organización

1.   Dificultad de planificación Se produce cuando el niño estudia, pero no le dedica el tiempo necesario. En otros casos, intenta estudiar en el último momento en consecuencia está más cansado, y tiene la impresión de que ha estudiado y se esforzado cuando, en realidad, no ha sido así. Estrategia. La planificación se basa en determinar un horario diario para el estudio. Dedicar todos los días un tiempo al estudio y a la realización de los deberes, ayudará al niño a estar al día con sus estudios.

2.   Dificultad de memorización o fijación de los contenidos. No es lo mismo entender la lección que sólo memorizarla. El proceso de aprendizaje implica entender lo que se quiere asimilar y luego memorizarlo, y se realiza a través de la repetición de los contenidos. Estrategia. La intervención se hace, en estos casos, mejorando la atención y la concentración, usando reglas nemotécnicas, y repasando el tema.

3.   Dificultad de atención y concentración. Ocurre cuando al niño le cuesta mucho concentrarse y ponerse a estudiar. Cualquier estímulo a su alrededor atrae su atención y pierde el tiempo. Estrategia. Para ayudarle, es necesario eliminar los estímulos que puedan estar captando su atención mientras él estudia (televisión, comida, hermanos a su alrededor). Es recomendable haga las tareas más difíciles cuando se encuentre más descansado, y que estudie a la misma hora todos los días para conseguir un buen rendimiento cerebral.

4.   Dificultad en la lectura. El niño no presenta suficiente velocidad en la lectura ni en la comprensión de lo que lee. Tiene dificultad para saber el significado de palabras de uso bastante habitual, por lo que su vocabulario es más bien pobre. Presenta también dificultades para realizar textos con estructuras correctas y claras, posee tendencia a postergar las tareas y siente rechazo hacia la lectura. Estrategia. Para intervenir en este caso, lo mejor es que el niño empiece a leer en voz alta para adquirir una entonación correcta, que le ayudará a comprender lo que se está leyendo. Después de la lectura, es recomendable preguntar al niño acerca de las ideas más importantes del texto que él acaba de leer.

5.   Falta de base. Se caracteriza por tener dificultades en las materias cuyos contenidos tienen una gran conexión entre unas partes y otras. El niño no consigue asimilar las estructuras básicas de los contenidos de las diversas áreas. Estrategia. Para cambiar esta situación, es necesario tratar este problema con clases de apoyo.  


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