Howard
Gardner, profesor de psicología y ciencias de la educación en la Universidad de
Harvard, propuso en el año 1983 que la inteligencia no es vista como algo
unitario que agrupa diferentes capacidades específicas con distinto nivel de
generalidad, sino como un conjunto de inteligencias múltiples, distintas y
semi-independientes.
Gardner
define la inteligencia como la «capacidad de resolver problemas y/o elaborar
productos que sean valiosos en una o más culturas».
Con
esta definición, amplía el campo de lo que es la inteligencia y reconoce
lo que se sabía intuitivamente: que la brillantez académica no lo es todo. A la
hora de desenvolverse en la vida no basta con tener un gran expediente
académico. Hay gente de gran capacidad intelectual pero incapaz de, por
ejemplo, elegir bien a sus amigos; por el contrario, hay gente menos brillante
en el colegio que triunfa en el mundo de los negocios o en su vida privada.
Triunfar en los negocios, o en los deportes, requiere ser inteligente, pero en
cada campo se utiliza un tipo de inteligencia distinto. Ni mejor ni peor, pero
sí distinto.
En
las próximas entradas hablaremos de cada una de las distintas inteligencias.
Ahora disfrutad de un video resumen.